Demián Bichir y el Óscar

Demián Bichir es un actor de esos que no sabes por qué, pero llaman la atención. Fue por eso que cuando de pronto el cine mexicano a finales de los noventa comenzó a tener un pequeño resurgimiento comercial y hasta de calidad, muchos directores parecían siempre elegirlo para todo. A él, y a su también talentosísimo hermano Bruno.Se ganó el corazón de muchos por sus papeles en ‘Sexo, pudor y lágrimas’, ‘Cilantro y Perejil’, ‘Santitos’, ‘Todo el poder’, y ya antes había trabajado en perlas que en su momento fueron centro de la polémica (e incluso censuradas) como ‘Rojo Amanecer’.
El cine ibérico también lo arrastró a su extraordinario cine en films como ‘Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto’. Las dos telenovelas mejor recordadas de TV Azteca lo vieron como actor principal, ‘Nada Personal’, y ‘Demasiado Corazón’. Y sin embargo, tal pareciera que por un tiempo a todos nos hastió verlo por todos lados. Dejó de importarnos no sólo el cine, sino que olvidamos el valor que él mismo le regresó a la producción nacional en algún momento. Hoy, todos nos sentimos orgullosos de su nominación al Óscar. Este simple acto ya lo puso en la vitrina de los mejores actores de este país. No hablo de que en realidad, en un sentido profundo, lo sea. Pero al menos la historia hablará así de él. Será lo que muchos quieran, pero algo sí no es: gris. Por su rostro, y el de sus hermanos, el cine nacional fue medianamente observado durante un tiempo, y eso… eso es de agradecer. Esta no es una nominación a la actuación, ni al cine. Es un premio a la honestidad y el amor al trabajo. Y estos valores son los que nos deben identificar a todos los mexicanos.