Real de Catorce: la fe que resiste al tiempo

Nacida en el estado de San Luis Potosí como una población minera, su vida giró en sus primeros siglos alrededor de esta actividad. Se volvió famoso por la riqueza en particular de su plata, aunque pronto dejó de producir las cantidades que habían hecho del sitio, en su momento, un lugar próspero y acaudalado. Cuando las vetas estaban por agotarse, se predijo su muerte y ya se le auguraba un futuro como pueblo fantasma.
Pero sobrevivió, no por la plata, ni por la economía, sino por la fe en su santo patrono, San Francisco, cuya estatua localizada en el santuario, atrae a miles de peregrinos. También en sus alrededores, se encuentra una reserva de huicholes, que atesoran, por su importancia religiosa, el brote de una planta ritualista alucinógena: el peyote. Símbolo del paso del tiempo y del combate al olvido, Real de Catorce es un pueblo que refleja el México mágico y espiritual.